Una vez el bebé está en casa, se inicia una etapa preciosa de vinculación, afecto, descubrimientos y aprendizaje constante. Una parte frecuente en esta etapa incluye, igualmente, las dudas, preocupaciones, miedos, la ansiedad o los sentimientos de ser una mala madre o un mal padre.
Desde esta perspectiva, en terapia abordamos las cuestiones que más preocupan durante los primeros meses del bebé: el sueño, la alimentación, el llanto, el vínculo de apego, el desarrollo afectivo y el juego.
A medida que el bebé se va convirtiendo en niño, aparecen nuevas situaciones. En terapia acompañamos en la educación del niño en todos sus niveles, en la vivencia de las rabietas, de los miedos e inseguridades y de las emociones en general, si existen dificultades con la retirada del pañal, establecimiento de límites respetuosos, dificultades en la comunicación, etc.